Soraya Centeno ha dado vida a su nueva colección de arte, titulada «Cuaternidad«, explorando las profundidades de la psique humana y su proceso de individuación.

 

Inspirándose en la teoría de la Cuaternidad de Carl Jung, Centeno teje un lienzo emocionalmente rico que refleja la interacción dinámica de los cuatro elementos fundamentales: pensamiento, sentimiento, intuición y sensación.

 

En cada obra de la colección, la Cuaternidad se manifiesta como un hilo conductor que conecta las experiencias opuestas y las dualidades intrínsecas de la mente. A través de la elección de blanco y negro, Centeno refleja la polaridad inherente a la Cuaternidad, mientras que la estructura en cuadrícula destaca la importancia de cada elemento en la creación de un todo armonioso.

 

La representación abstracta de figuras humanas, parcialmente ocultas en el fondo negro, profundiza aún más la narrativa visual de la colección. No solo simboliza la complejidad de la psique, sino que también actúa como una invitación a los espectadores para explorar lo que está fuera de su vista inicial.

 

Centeno invita al espectador a sorprenderse buscando las partes ocultas, simbolizando así la intrínseca inclinación humana hacia la búsqueda de totalidad y autoconocimiento. De esta forman, Centeno invita a sumergirse en la exploración de lo no dicho, inspirando una profunda reflexión sobre lo que yace más allá de la superficie de la conciencia.

 

El cuadrado, con su simetría y estabilidad, se convierte en un reflejo visual del ideal equilibrio que se busca en la Cuaternidad. Centeno utiliza esta forma geométrica para destacar la armonía entre pensamiento, sentimiento, intuición y sensación cuando están integrados adecuadamente. Al mismo tiempo, las variaciones en la geometría del cuadrado en algunas obras transmiten sutilmente los desequilibrios inherentes, sirviendo como un recordatorio visual de la constante búsqueda de la totalidad y la plenitud.

 

El arquetipo del cuadrado, en manos de Centeno, no es simplemente una forma geométrica, sino una herramienta poderosa para transmitir la interacción de opuestos y la constante búsqueda de equilibrio en la experiencia humana.

 

A través de esta colección, la artista ofrece a los espectadores no solo una experiencia estética, sino también una oportunidad para sumergirse en la exploración interna, descubriendo las capas ocultas que constituyen la totalidad de la existencia humana.

 

Su obra se convierte en un puente entre la teoría psicológica y la estética, desafiando a los espectadores a contemplar su propio viaje hacia la totalidad mientras se sumergen en la fascinante danza de los elementos que definen nuestra existencia.